Mi historia de terror de tinte de pelo

Yo no tengo la más mínima idea de lo que mi pelo natural se parece. Desde la edad de 16 años, me he puesto de relieve, lowlighting, teñido y volver a teñir mis hilos para expresar cualquier etapa en mi vida a través de tonalidades coloridas. Comenzando con toques de luz, mi pelo ha sido posiblemente todos los tonos de marrón se conoce al hombre.

Durante una de mis muchos episodios de “Necesito un nuevo color de pelo,” decidí que era hora de ir en negrilla con mi tono de elección. Ya que estaba cada vez más cerca de la víspera de Año Nuevo y mi último semestre de la universidad, decidí, qué demonios, vamos a rojo. El rojo es vivaz, negrita, en su cara y sentí que me acercaba a un capítulo sin miedo en mi vida, la prepara para la graduación y el “mundo real” y todo.

Con un presupuesto modesto, he optado por no buscar mi colorista habitual, profesional. En su lugar, consulté a mi hermana que está sumergido su melena en todos los tonos del arco iris, a excepción quizá de azul y verde, y ella me llevó a su estilista. Mi primer error.

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